domingo, 25 de noviembre de 2012

Ataque Furtivo

La noche cae, la luna se asoma y mis recuerdos llegan nuevamente atormentando cada segundo de mi existencia, como en un corrompido sueño veo las imágenes una a una y recuerdo perfectamente esa noche en la cual sufrí bajo tus inclementes ataques.

Sombras a mi alrededor, producidas por esos solitarios pero firmes arboles de aquella lúgubre plaza donde me encontraba intentando encontrar una solución a las interrogantes que ni siquiera conocía pero aun así amargan mi existencia, buscando respuestas a los porqués que tras cada segundo se multiplicaban exponencialmente, inmerso en mis cavilaciones no me di por enterado de que estabas allí, observándome entre las sombras y disfrutando de esa amarga escena de la cual yo era el protagonista.

Tal vez entre tantos pensamientos y la lucha de ideas que se forjaba en mi interior no escuche tus firmes pasos, con los que te acercabas lentamente a mi, quizás tramando tu funesto juego, quizás saboreando ya tu logro premeditado… ya a pocos pasos de mi, instintivamente percibí tu presencia y sin girar completamente comencé a verte de reojo, todas esa preocupaciones vánales desaparecieron como por arte de magia, maravillado por tu exquisita figura.

Lentamente comencé a girar mientras tu seguías sin detenerte, en tu camino hacia mi, poco a poco detalle tu figura, tu cuerpo, perfectamente bañado de negro, haciéndote parecer parte de ese sombrío paisaje, creando una ilusión como si de las mismísimas sombras se formara tu figura, esas botas negras fue lo primero que observe, justo cuando al fin fuera de mis abstracciones escuche tus pasos.

Subí un poco la mirada y detalle tus piernas, firmes, tersas, descubiertas solo hasta donde tu ajustada falda permitía ver, un poco mas arriba ese corsé negro hacia ver la perfección de tu figura, la habilidad mágica de la naturaleza para crear un contorno tan espectacular, se podría decir que fuiste hecha a medida, para cautivar con tu figura a cualquier mortal de este mundo, sin embargo, el momento de locura fue cuando comencé a detallar tu rostro, esos labios carnosos finamente pintados de rojo, con un halo sensual de humedad en ellos casi gritando a los 4 vientos ¡muérdeme!, y sin poder evitarlo mis ojos se cruzaron con los tuyos,.

Tu furtiva mirada, me hizo sentir como si hubieses estirado tu mano hasta tocar mi alma, lo mas profundo de mi ser, fue como un impacto desmedido e incontrolable, como sentir que tu alma se escapa de tu cuerpo y volviera a el en tan solo un instante. Inmóvil, inerte, solo pude dejar que te posaras enfrente de mi, no pude hacer nada mas, no había reacción, no había nada, solo aquel paisaje, una plaza vacía, miles de sombras y entre ellas tu y yo…

No hay comentarios: